Sé que
te volveré a ver, con tu insaciable sed de rumbos, caminos, mundo y vida con tu
esencia locuaz y demente. Se que
los caminos no fueron suficientes, que las montañas abrazaron tus secretos y lo
cotidiano nunca le basto a tu espíritu.
Me llevaste a tierras no andadas con historias y versos. Me
encantaste con tus ideas amenazantes para los mundanos e inspiradoras para los
locos. Aún no sabes lo que me has
dejado, pero en cuanto se junten nuestros caminos lo sabrás.
Espero encontrarte,
no pronto, porque no es mi hora. Aunque tengo necesidad de perderme en tus ojos
azules una vez más para recitar a Sabines. Sé que lo diste y viviste todo, te
fuiste lleno de experiencias e historias. Siempre tuviste alas y ahora
las estás usando, explorando el infinito, ejerciendo tu vocación de águila. Hoy
en éste inesperado vuelo, donde el universo es tu nueva casa, solo nos resta
voltear al cielo y tratar de cazar una de esas estrellas fugaces, para entonces
apostar que vas en ella tratando de encontrar la mejor vista desde allá arriba.
Y por favor apártame un lugar en el infinito.
Para Víctor Manuel Espinosa Caballero 1974-2012 Q.E.P.D.
Para Víctor Manuel Espinosa Caballero 1974-2012 Q.E.P.D.
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