Me gusta caminar sin rumbo y creo que también así maniobro mi vida, me gustan las certidumbres, más no las promesas no cumplidas, me gusta la seguridad más no la monotonía. Veía el día envejecer mientras caminaba y el cielo poco a poco se abría, al igual que mi mente.
Sé de cierto que yo soy un desajuste, soy acuarela de sentires y cantares. Emerjo o sumerjo de toda tonalidad de pesares y alegrías. No me conformo con nimiedades ni te quieros escondidos. No desvanezco ante posibilidades, creo y formo, digo y muto. Me gustan los juegos seductores y las miradas penetrantes.
Me gusta lo que siento y lo que me haces sentir. No hay duda que me gusta vivir y abrazar la vida con sus piedras y sus abismos. Resplandezco o me opaco según sea el caso. Río o lloro indiscriminadamente. A veces estoy en high definition y a veces en blanco y negro. Me quedo estática o transmuto. Saboreo la vida aunque quisiera comerla de un bocado. No soy más que eso.
Y con todo eso que soy, me tienes aquí soñando en nuestras posibilidades y palpando la magia que emanamos. Con miedos pero con inmensas ganas de internarnos, de sucedernos.
Término mi caminata con menos miedos y encontrandome entre tanta gente. Siendo yo.
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