lunes, 21 de noviembre de 2011

La espera

Tamizando el rugoso sonido sordo de tu ausencia.
Colaborando con la angustia
Resistiendo la inercia de tus labios.
Tomando de la mano al desespero.
Volviendo loca a la razón
Quebrantando impulsos de desensueño.
Lamiendo heridas
Rozando memorias
Ajustando tu ausencia a mi presencia.
Descuartizando lunas
Desmembrando otoños.
Esperando a que un día me sepas a recuerdo

Iceberg


No es que me falten inspiraciones para escribir, lo que me falta es tiempo para hacerlo. Tengo tanto dentro, que hay veces que no sé como expresarlo.
Resumo antologías a una o dos palabras, porque es cierto, hay veces que las palabras no alcanzan a expresar lo que una mirada. Pero son tan distantes tus ojos que sólo en sueños puedo verlos.
Inmiscuyes y te apoderas, de mí, y de todo esto. Es claro, amor, y lo sabes, que aún faltan cosas por decir. Me sobran ganas y me faltan agallas, termino con las palabras en la punta de los dedos y tu esencia en estado líquido detrás de mis pupilas.
Por lo pronto quédate con la punta del iceberg y veamos lo que nos depara la vida.

domingo, 20 de noviembre de 2011

LO QUE SOY



Es cierto que nunca me han gustado las tardes grises de viernes, pero ésta era diferente, tenía un cierto matiz de certeza en el aire. Mi mente me arrastraba como vorágine y me hacía sentir como hoja seca en medio de un huracán, frágil y volátil. Vorágine de mente, de espíritu y de carne.
Me gusta caminar sin rumbo y creo que también así maniobro mi vida, me gustan las certidumbres, más no las promesas no cumplidas, me gusta la seguridad más no la monotonía. Veía el día envejecer mientras caminaba y el cielo poco a poco se abría, al igual que mi mente.
Sé de cierto que yo soy un desajuste, soy acuarela de sentires y cantares. Emerjo o sumerjo de toda tonalidad de pesares y alegrías. No me conformo con nimiedades ni te quieros escondidos. No desvanezco ante posibilidades, creo y formo, digo y muto. Me gustan los juegos seductores y las miradas penetrantes.
Me gusta lo que siento y lo que me haces sentir. No hay duda que me gusta vivir y abrazar la vida con sus piedras y sus abismos. Resplandezco o me opaco según sea el caso. Río o lloro indiscriminadamente. A veces estoy en high definition y a veces en blanco y negro. Me quedo estática o transmuto. Saboreo la vida aunque quisiera comerla de un bocado. No soy más que eso.
Y con todo eso que soy, me tienes aquí soñando en nuestras posibilidades y palpando la magia que emanamos. Con miedos pero con inmensas ganas de internarnos, de sucedernos. 

Término mi caminata con menos miedos y encontrandome entre tanta gente. Siendo yo.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Llorar a lágrima viva

Llorar a lágrima viva. Llorar a chorros. Llorar la digestión. Llorar el sueño. Llorar ante las puertas y los puertos. Llorar de amabilidad y de amarillo. Abrir las canillas, las compuertas del llanto. Empaparnos el alma, la camiseta. Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado, de nuestro llanto. Asistir a los cursos de antropología, llorando. Festejar los cumpleaños familiares, llorando. Atravesar el África, llorando. Llorar como un cacuy, como un cocodrilo... si es verdad que los cacuies y los cocodrilos no dejan nunca de llorar. Llorarlo todo, pero llorarlo bien. Llorarlo con la nariz, con las rodillas. Llorarlo por el ombligo, por la boca. Llorar de amor, de hastío, de alegría. Llorar de frac, de flato, de flacura. Llorar improvisando, de memoria. ¡Llorar todo el insomnio y todo el día!

Para Eros


He notado, mi amado Eros, que somos parecidos. De cierta forma observamos y sacamos conclusiones sin  preguntar. Sabrás, amor, que te he leído y te he sentido ajeno y yo a la defensiva. Pero ¿No notabas que te escribía a ti? ¿A quien más podría escribirle con ese sentimiento? Pero ahora caigo en cuenta que no hay más de lo que te he demostrado y viceversa. Nos ciega el miedo a ser de nuevo lastimados. Acaso corazón mío ¿no nos lastimamos más alejándonos? Dejando a un lado lo que puede ser. Te lo digo, amor, con el corazón en la mano y con un te quiero en la punta de la lengua. De estar de acuerdo, déjame un “te espero” en la misma luna que vemos. Y si llegase a ser ¿Me dejarás el lado izquierdo de la cama? 

Paquidermo


Pequeño paquidermo, no puedes volver por mi porque no me he ido. Jamás te dejaría, vine a desatarte de la estaca y a llenar las marcas de tu piel con luz de luna. Tú lo has dicho, hermoso paquidermo, tu memoria no te deja. Y los dos sabemos que el amor lo cura todo.

De quererte sería así, con todo y espinas




De tenerte aquí te haría ver, con todo y tus necedades, que eres tú el que me ha salvado.  
De tenerte otra vez, no disfrazaría los “te quiero” con “buenos días”.
De saberte mío recorrería el país para verme en tus ojos.
Te lo dije “Te quiero así, con todo y espinas” la pregunta es ¿Tú me querrías igual?

jueves, 17 de noviembre de 2011

PICK YOUR BATTLES






En una pequeña etapa de duelo me encuentro a alguien con un algo, totalmente diferente a lo que había dejado atrás, otro alguien con un algo muy cercano a pulsión de muerte.
Llamémoslos Eros y Thanatos. Thanatos continuamente se queja de la vida y lo que acontecía, todo su mundo era una gama de grises, quejas e infidelidades, tedio y hastío.
Ocho meses donde no llegamos a ninguna seguridad ni estabilidad, probablemente por la lejanía física y mental, estábamos por estar, no por sentir. No hace falta decir que todo se vino abajo, pendía de un hilo delgado que terminó por romperse. En esa transición me encuentro a Eros.
Eros había vivido cosas mucho más fuertes que Thanatos, sin embargo su actitud a la vida era totalmente otra, con impulso y con ganas de seguir, de experimentar y de vivir. Eros me despertó a ese mundo donde todo es explosión de colores, y en verdad lo era, me llenó de muchas cosas, risas y complicidades, había lejanía también, pero era sólo física, porque el estaba presente durante todo el día ¿obsesivos? Puede ser ¿divertido? Sin lugar a duda. Pudimos pasar algo cercano a 18 horas conversando de todo y de nada, reír, hablar seriamente y dejar que los sueños nos rondaran.

Ayer a las 16:30 de la tarde suena mi teléfono, y escuché una voz que hace 4 años no escuchaba. Mi cómplice de toda la vida y de las personas que más amo en el mundo “Bruja, estoy en México, vamos a cenar, TE LO ORDENO”.  Mi día estaba semi-completo, semi porque Eros había estado un poco distante las últimas horas y estúpidamente lo dejé pasar “Ya pasará” pensaba.
Al llegar la noche pasó por mí al que llamaremos Alux (por ser mi duende cómplice de vida). Tenía 4 años de no saber de Alux, nuestra conversación era agitada, rápida, mezclada, queríamos contarnos 4 años en 3 horas. Mi teléfono no dejaba de vibrar, mensajes constantes de Thanatos a los cuales yo respondía. Alux un poco molesto me arrebató el teléfono diciéndome “Dile a Eros que estas conmigo, ahorita eres mía y requiero tu atención” sonrojada y apenada le confesé que era Thanatos, jamás me había regañado cómo lo hizo ayer, y le doy toda la razón. Thanatos ya no tiene lugar en mi vida, era Eros a quien yo quería. Su consejo fue: “PICK YOUR BATTLES ¿por quien tienes que luchar? ¿Por Eros? ¿O por Thanatos?”  
Hoy a 24 horas del suceso, ya no hay por que luchar. Pero de haber tenido la oportunidad siempre hubiese sido por Eros. 

Curiosidades


Es curiosa la vida, curiosas las oportunidades.
De verte en tiempos difíciles de duelo, y de pronto llega un ángel cargado de promesas,
de risas y sueños. Perfectas las ocasiones para encontrarnos, desnudar el alma y provocar sueños. Así fue, todo en 30 días. Luz y esperanza plasmadas en nuestras letras, en nuestros “buenos días” y los “te quiero” dichos y los ocultos. Saberte cerca y constante. Saberte mío a la distancia, pero tan cerca que podía sentir tu piel.
Tenerte en mí, como sueño y pensamiento constante, acariciar tu ausencia física y tu presencia en letras.
Nos disolvimos en nosotros, en esperanza nítida y tangible. Después, nos perdimos. Creo saber el por qué. Carentes de palabras para no ilusionarnos, nos condenamos a silencios y cuentas no claras. Te confundí, me confundiste. Ahora estamos donde empezamos.
Para ti L