Esta
carta te la escribo aunque probablemente no la recibas.
Es tan
incierto el destino como certero. Te he encontrado a ti, en las más vagas posibilidades
de hacer y rehacer. Sé que estás tan cerca, cómo tan lejos. Y a pesar de la
lejanía te siento.
No era
el momento de enamorarme, de hecho, era el peor momento. Pero te amo, así sin más,
con lo que conlleva éste sentimiento.
No
puedo ser exacta ni precisa para delimitar tiempos, sólo sé que sucedió. Llegaste
a mi como ala tendida, ángel en todo su esplendor, incondicional y con
veracidad en tus palabras. No sé si era un juego de seducción o simplemente un
pasatiempo, pero me ganaste. Has ganado mi admiración por tu bondad hacía el
mundo, por tu sensibilidad ante lo simple, por tu intención a hacer este un
mundo mejor.
Te he
observado, palpado a distancia y no lo sabes del todo, de hecho no lo sabes.
No
sabes que mis sonrisas son por ti, que mis días te los dedico, te dedico horas
despierta o dormida, que más da, si de todos modos es un sueño. Sueño con
abrazarte, porque es cierto, amor, que esto va más allá de lo carnal ¿te deseo?
Si, pero no de esa forma. Te deseo en mis brazos, marcando en tu espalda te
amos con las yemas de mis dedos, te deseo jugando conmigo a un sueño eterno.
Te
quiero conmigo observando las nubes inventándoles formas e historias. Te deseo
inventando futuros de un “nosotros”, no importan las variantes, ni los
sacrificios.
Te deseo aquí, conmigo. Sé que es mucho pedir pero no me conformo
con poco, y es que te amo. Te amo por lo que implica tu existencia, y tu
permanencia en la vida, que puede ser no la mía. Te amo por tu sentido del
humor tan sencillo u oscuro.
Te amo Lucas, porque me habitas y me enciendes, me
doblas y desdoblas. Me tienes en incesante montaña rusa de sentimientos y melodías.
Puedes hacerme sentir segura y a los dos minutos derrumbarme. Te amo porque sin
ti los días son grises.
Te amo en todas sus variantes acaloradamente,
acatadamente, aceleradamente, acentuadamente, apasionadamente, accidentalmente, carnalmente,
conscientemente, ceremoniáticamente y podría seguir en orden alfabético, pero
prefiero no hacerlo, prefiero guardarme algo para mi, ya que no hay
certidumbres. Te amo Lucas porque a pesar de todo lo sufrido y lo vivido
existes y estás, al alcance de mis sueños y mis te amos. Te amo por ser mi cómplice
y psicólogo. Te amo porque eres mi mejor amigo y mi mejor escudo. Te amo por
ser así, como eres, transparente, noble y terco. Te amo porque me dejaste
reencontrarme conmigo y mi esencia perdida y a pesar de no ser perfecta estás
conmigo. Te amo porque en ti encontré respuestas siempre buscadas, estás sin
juzgar y me has rescatado de tristezas, me has tomado de la mano es mis más
oscuros momentos. Te amo sin planearlo, sin pensarlo ni dudarlo. Te amo en la
locura y la cordura, así sin más, a diestra y siniestra. Y cada día te amo más
que el día anterior.